miércoles, 1 de febrero de 2012

Futuro proyecto

Queridos lectores:
siento haber dejado de escribir tan de repente, pero no me encontraba muy inspirada, y he estado desde entonces buscando nuevas ideas...hasta que la he encontrado.. os escribo aquí la sinopsis de mi futuro proyecto, el cual empiezo hoy mismo. Espero que os guste, agradezco comentarios.

"¿Crees que puedes huir de alguien con más de un siglo de edad? ¿Crees que realmente estarás a salvo con tus amigos? En el momento menos sospechoso puedes verte soprendido por un destino incierto en el que tu vida depende de lo que puedas averiguar sobre una época antigua...¿Crees que podrás con ello?"
Besos

domingo, 24 de julio de 2011

Y... aquí termina este relato :)

Bueno, pues después de tres o cuatro días de publicación, llega el final de este pequeño relato...espero que os haya gustado ;)
La maldición escondida (final)
Mis ojos estaban húmedos pero yo aguantaba. No quería que mi enemigo viera mi debilidad. Empezamos a luchar y todo el campo empezó a temblar bajo nuestros pies. Por suerte, yo había aprendido la técnica de levitación, por lo que no me resultó ningún problema seguir luchando. Todo era un caos. Subimos hasta el tejado y allí, los rayos de fuego y los de agua eran continuos e inmensos. Entonces, yo comprendí cuál era la única forma de ganar, y me bastó con una mirada al centro del tejado para saberlo. Allí había un podio, sobre el cual descansaba un cuenco de oro macizo y un cuchillo afilado con el mango de cuero. Gracias a mi buena vista pude alcanzar a leer lo que ponía:
"Sólo la sangre del inocente más valioso, acabará con el terror y la oscuridad de este mundo"
Me acerqué a la carrera al cuenco, cogí el cuchillo y me corté las venas, para horror de mi enemigo que me quería en su poder, y por supuesto viva; derramé mi sangre en el cuenco y una luz cegadora quemó a Vergil hasta hacerle morir antes incluso de que yo me desangrara. Caí de rodillas en el suelo, agonizando, y entonces apareció mi hermano.
-Pía, ¿por qué lo ahs hecho?- añadió sujetándome en sus brazos con lágrimas en los ojos.
-Era la única forma que había de ganar...ahora el mundo está a salvo...y tú también...-esas fueron mis últimas palabras, antes de que mi hermano me estrechara entre sus brazos y yo durmiera para siempre...
Si ese era el precio que tenía que pagar para salvar a Max, mi hermano, el que siempre me había protegido sin que yo supiera la razón, lo pagaría sin pensarlo dos veces...si ese era el precio que tenía derrotar a la oscuridad, lo pagaría...y si ese era el precio que tenía poder al fin ser feliz con Darkeyed y con mi familia muerta...lo pagaría...
Y por eso lo hago. Ahora, descanso con mi familia y con el único chico que en mi corta vida amé...viendo como la vida sigue su curso.
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Bueno, y hasta aquí La maldición escondida, un relato con el que yo disfruté, y en el que puse todo mi empeño para que quedara más o menos bien...espero que lo hayáis disfrutado...gracias a los que me habéis leído...
Para el próximo relato, me inspiraré en una leyenda antigua, enmarcándola en la actualidad, en un mundo en el que la justicia, aunque cambiada, no soluciona los problemas de aquellos tiempos antiguos... 

Continuación de la maldición escondida :)

Bueno, pues aqui sigo, escribiendo este relato que espero que os esté gustando...gracias a los que lo leeis.
La maldición escondida (continuación)
Al día siguiente:
-De acuerdo, yo te enseñaré el arte de la lucha- dijo Max. Me mostró como hacer ciertas llaves y también técnicas de autodefensa. Acto seguido comenzó la lucha. Por supuesto yo perdí.
-¿Qué he hecho mal? Creía que lo estaba haciendo bien- aclaré ya en la colchoneta aprisionada por mi hermano.
-En realidad nada, sólo tienes que olvidarte de que soy tu hermano, de que me conoces, y atacarme con toda tu habilidad. Sé que la tienes- me concentré todavía más y entonces me di cuenta de que ya tenía recuerdos...mi padre y mi madre...con Max y conmigo huyendo de Vergil y su hermano...mi madre siendo asesinada...todos esos recuerdos hicieron que sintiera mucha rabia e impotencia en mi interior que se desató de la peor manera posible para mi hermano. Cuando me quise dar cuenta, Max estaba tendido en el suelo, no en la colchoneta, y estaba dolorido.
-¿Cómo te he podido vencer?- pregunté riéndome de él.
-No te rías, está bien. Simplemente hiciste lo que debías hacer. Te lo aseguro, con que hagas eso con Vergil y sus secuaces...
-No será suficiente. terminó entrando Darkeyed. Yo le miré intimidad. La verdad es que era muy guapo. Era más alto que yo, corpulento, musculoso y con un deje de indiferencia respecto a todo. Y la manera en que me miraba me dejaba anonadada durante un buen rato.- Tienes que saber, no sólo las artes de lalucha que te acaba de enseñar Max... también lo que te voy a enseñar yo.
-¿Cuándo?- la verdad es que no sólo me emocionaba la idea de aprender a usar mis "poderes", por llamarlo de alguna manera... también me emocionaba la perspectiva de estar con Darkeyed a solas entrenando, así le conocería mejor...
-Esta tarde. De momento, ve a descansar y a comer algo.
*                       *                            *
Estaba dando una vuelta por los alrededores del campo de entrenamiento al que me habían llevado. Era una zona preciosa, un paisaje que no se ve todos los días. Estaba todo lleno de árboles de todo tipo, inmensos y llenos de vitalidad y, al fondo se veían las montañas. En cuanto a lo más cercano, una pequeña catarata de apenas tres metros nos separaba del cobertizo donde me había despertado.
-Veo que te gusta indagar- dijo una voz detrás de mi. Me giré rápidamente y lo que vi me dejó sin palabras...Darkeyed estaba detrás de mí sonriendo, sin la camiseta, ya que aparentemente había estado entrenando para esta tarde.
-Si, bueno, es que me llama la atención el lugar... nunca me había parado a pensar que este sintio tan bonito existiera- él se me quedó mirando, adivinando la razón por la que yo me había puesto nerviosa y echándose a reir.- ¿Qué es lo que te hace tanta gracia?
-El mero hecho de que esté yo ante la persona que nos ha de salvar y no tenga miedo, y tú conmigo, que simplemente te voy a enseñar, te sientas nerviosa- se giró y volvió al campo de batalla nuevamente. Yo sonreí para mis adentros...iba a ser una buena tarde.
*                                *                                     *                         
Volví a caer al suelo, derrotada por enésima vez tras una batalla de conjuros y demás artimañanas defensivas y ofensivas.
-No lo entiendo...a ti no te derroto ni una vez- añadí. Darkeyed me tenía sujeta por las muñecas y me sujetaba contra la colchoneta para que no me levantara.
-Simplemente no puedes contra mí. Ya no solo porque tenga más experiencia que tú, sino porque es cuestión de nuestros elementos...con tu agua no puedes contra mí-se quedó mirándome raramente y, tras ponerme yo más nerviosa, se acercó más a mi rostro y sus labios rozaron los míos. Sentí que en mi interior algo explotaba, provocado por las sensaciones que aquel beso me despertaban.-Sabes que nunca podremos estar juntos, ¿verdad?
-La verdad es que no- tras un instante de vacilación, el habló, despertando en mi el terror:
-Porque estoy destinado a morir en esta batalla- antes de que pudiera siquiera decirle algo, apareció Vergil.
-Creo que es hora de pasar a la acción y dejar que yo gobierne este mundo, Pía.
-Creo que más bien es la hroa de tu fin, Vergil. Mi familia requiere venganz...-una de las lanzas que defendían a Vergil de cualquier ataque físico, salió disparada contra Darkeyed, que soltó un alarido de dolor para desplomarse enseguida- ¡No!- grité con toda mi rabia.
-Y también haré eso con tu hermano si no te entregas.
-Jamás te atrevas a tocarle- dije llena de furia.
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Estamos llegando al final, mañana ya acabo, espero os haya gustado.

jueves, 21 de julio de 2011

Continuación de la maldición escondida :)

Espero que os esté gustando:
La maldición escondida (continuación)
 Me desperté en lo que aprecía un cobertizo viejo y descuidado. Max estaba allí, a mi lado, mirándome sin emoción aparente en el rostro pero con un atisbo de preocupación en los ojos.
-Max, ¿qué ha pasado? ¿dónde estamos?- le miré. No parecía muy propenso a responder, asi que seguí haciendo preguntas- ¿por qué incendiaba aquel hombre nuestra casa?
-Eso es algo que no debes saber- añadió el padre de Max entrando. Le hizo una seña y él salió.- Pía, tenemos que hablar.
-¿Qué está pasando? ¿Por qué Max no me quiere hablar?- empecé a ponerme nerviosa. Algo me temía de lo que me iba a contar, pues sabía que cuando Max no hablaba y se ponía serio, era que algo pasaba.
-Tengo que contarte algo muy importante... y puede que luego te enfades, pero lo entenderemos- se interrumpió para evr si yo hacía algún amago de no querer saberlo y después continuó.- Max es tu hermano, y nosotros no somos vuestra familia- yo sentí como si me torturaran mentalmente con algo que yo, por consejo de mi ahora supuesto hermano, había intentado olvidar. Pero antes de que pudiera añadir nada, él empezó a gritar hasta que se desplomó delante mía, muerto. Yo me quedé paralizada al observar al causa de su muerte...Darkeyed, el nuevo alumno de mi clase, el que ahora recordaba haber visto en el incendio, estaba destrás del hombre que me había criado, con un cuchillo en la mano...le había asesinado.
-Pía, ven conmigo. Sabes que quieres, que no debes estar con ellos por el daño que te han hecho y porque con ellos corres pelgro- yo le miré y, por muy increíble que me pareciese, yo sabía que lo que él me decía era verdad...y también sabía que con él estaría a salvo.
-Darkeyed, apártate de ella- susurró mi hermano desde el umbral de la puerta.
-¿Para qué? ¿Para ocultarle la verdad? Sabes tan bien como yo que así la ponéis en peor situación. Dante sólo era el principio. Sabes que su hermano, el rey de la oscuridad, la persigue. 
-¿Y por eso has matado a la familia que nos protegía?
-¡¿Podéis parar un momento y explicarme lo que está pasando?!-grité yo, desesperada por saber lo que pasaba a mi alrededor. En tan sólo unos minutos, todo mi mundo se había desarmado. Mi hermano y Darkeyed se miraron con cara de necesidad.
-Pía, tu eres la llave y la salvación. La única que puede salvar a la humanidad del más completo y peor de los desastres...el reino de la oscuridad-empezó Max.
-Tienes que aprender en apenas 48 horas a usar tus habilidades, si no, estamos perdidos. ¿Ves el colgante de la luna que llevas puesto, el que te dió tu padre?- yo asentí. es el que te protege. Vergil, que como ya dijimos antes es el rey de la oscuridad, te quiere bajo su mando. Sabe que si te controla, tendrá al mundo bajo sus pies, y ya no sólo hablamos de la oscuridad- yo les miré a alternativamente a ambos y luego añadí:
-¿Pues a qué estamos esperando?
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miércoles, 20 de julio de 2011

Comienzo a escribir

Bueno, este primer relato lo escribi el año pasado, inspirándome en una vida complicada, pero llena de fantasía....espero que os guste.

La maldición escondida.(Parte 1)
Mi primer recuerdo es de cuando mi padre y yo estábamos envueltos en una horrible oscuridad. Él no estaba asustado, o eso creía yo, pero se le veía muy nervioso. No sabíamos donde nos encontrábamos y yo sólo tenía cinco años, así que no podía hacer gran cosa para ayudar..., mi padre alzó una mano, y en ella vi un colgante con luz propia del que pendía un luna.
-Escúchame bien Pía, por nada del mundo te quites este collar, ¿me has oído?- yo le miré con ojos soñadizos....era como si acabara de despertar de un sueño profundo, no me acordaba de nada anterior a aquello. Entonces, mi padre desapareció y la oscuridad abandonó la estancia. Ahora tengo dieciséis años y vivo con mi mejor amigo, Max, cuyos padres me acogieron. Ellos me enseñaron a defenderme, aunque por desgracia, no fue suficiente.
*                                                  *                                        *                                               *
-Este es vuestro nuevo compañero y se llama Darkeyed. Es algo introvertido, así que intentad que se acerque a vosotros- la directora Carmen salió de la clase mientras todos nosotros observábamos atentamente al chico nuevo. Para mi sorpresa, él solo me miraba a mí con esos ojos azules que tenía.
-Eh, Pía, hoy tenemos caza- yo le miré pensativa. Por supuesto que no se refería a cazar animales...sus padre eran cazadores de todo tipo de criaturas sobrenaturales- pero hoy no puedes venir con nosotros. Te quedarás en casa.
-Pero estaré sola y...bueno, vale- me apresuré a añadir al ver su cara.
Ya de noche, todo iba bien ahsta que pasadas las doce, las cosas empezaron a tomar otra dirección. Empecé a oir ruidos en el salón y bajé las escaleras con una pistola en la mano, que escondí en el cajón de la cómoda que había al pie de las escaleras. Entré sigilosamente y observñe, con terror, que había alguien. Éste alzó la mano y comenzó a incendiar los muebles. Después, levantando la otra mano hacia mí, me lanzó contra la ventana, la cual atravesé.
-No te preocupes, vendrás conmigo y todo el sufrimiento se acabará.
-¡No!¡Vete de aquí ahora mismo!- le miré a los ojos, y, sin saber cómo, salió despedido hacia el fuego, donde se desplomó. Yo volví a entrar y allí habñia otro hombre, de aparencia más joven, y con unos ojos azules que podrían haberme envaucado de no ser por el pánico que se apoderaba de mi. Entonces fue cuando me desmayé.
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Mañana continuaré, ¡¡¡espero que os haya gustado el comienzo!!!
Un saludo!!!